Noticia: El emotivo vídeo del primer año de un bebé prematuro conmociona Internet
Un bebé prematuro es aquel que ha nacido antes de las 37 semanas completas de gestación (más de tres semanas antes de la "fecha prevista del parto"). Un embarazo a término es de 40 semanas.
Un bebé prematuro es aquel que ha nacido antes de las 37 semanas completas de gestación (más de tres semanas antes de la "fecha prevista del parto"). Un embarazo a término es de 40 semanas.
Durante el embarazo, el feto se desarrolla y crece, sobre todo, en
los últimos meses y semanas. Debido a su nacimiento anticipado, los bebés
prematuros pesan mucho menos
que los que cumplieron su gestación hasta el plazo normal. Además, pueden
tener problemas de salud, ya que sus órganos no han tenido el tiempo
suficiente para desarrollarse. Los prematuros necesitan atención médica
especial en una unidad de cuidados intensivos neonatal o UCIN. Deben
permanecer ahí hasta que sus sistemas y órganos puedan funcionar sin
ayuda.
A menudo, la causa de un parto prematuro se desconoce y es algo que
la madre no puede controlar. De todos modos, los partos prematuros a
veces están provocados por afecciones médicas de la madre o factores de
su estilo de vida durante el embarazo, como padecer diabetes mellitus,
hipertensión, problemas renales o cardíacos, una infección (sobre todo
las que afectan a las membranas amnióticas y al aparato genital y
urinario), no haberse alimentado bien durante el embarazo, o los
sangrados provocados por una posición anómala de la placenta.
Asimismo, los partos prematuros pueden obedecer a anomalías estructurales, al hecho de forzar demasiado el útero por llevar más de un feto (mellizos, trillizos, o más) o al consumo de tabaco, alcohol o drogas ilegales durante el embarazo. Los partos prematuros son más frecuentes en las mujeres menores de 19 años o mayores de 40, y en las que ya han tenido un parto prematuro previamente. No obstante, cualquier mujer puede tener un parto prematuro, y muchas madres de bebés prematuros carecen de factores causantes conocidos.
Asimismo, los partos prematuros pueden obedecer a anomalías estructurales, al hecho de forzar demasiado el útero por llevar más de un feto (mellizos, trillizos, o más) o al consumo de tabaco, alcohol o drogas ilegales durante el embarazo. Los partos prematuros son más frecuentes en las mujeres menores de 19 años o mayores de 40, y en las que ya han tenido un parto prematuro previamente. No obstante, cualquier mujer puede tener un parto prematuro, y muchas madres de bebés prematuros carecen de factores causantes conocidos.
Los bebés prematuros tienen muchas necesidades especiales, de modo que deben recibir cuidados médicos diferentes que los bebés a término. Por este motivo, suelen pasar la primera etapa de la vida extrauterina en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). La UCIN está diseñada para proporcionar a los bebés prematuros una atmósfera que les limite el estrés y que satisfaga sus necesidades básicas de calor, nutrición y protección para asegurarles un crecimiento y desarrollo adecuados.
Gracias a la gran cantidad de avances recientes en medicina neonatal, más del 90% de los bebés prematuros que pesan 800 gramos o más (un poco menos de dos libras) sobreviven. Los que pesan más de 500 gramos (un poco más de una libra) tienen más del 60% de probabilidades de sobrevivir, aunque las probabilidades de que sufran complicaciones son mayores.
Necesidades básicas de un bebé prematuro
Calor
Los bebés prematuros carecen de la grasa corporal necesaria para
mantener la temperatura corporal, incluso aunque estén bien abrigados
con mantas. Por este motivo, se utilizan incubadoras o calentadores
radiantes para mantener su temperatura en la UCIN. El hecho de mantener
la temperatura de los bebés dentro de los márgenes de la normalidad les
ayudará a crecer más deprisa.
Las incubadoras están fabricadas con plástico transparente y rodean
completamente el cuerpo del bebé para mantenerlo cálido, reducir las
probabilidades de infección y limitar la pérdida de agua. Los
calentadores radiantes son camas abiertas que se calientan
eléctricamente. Se utilizan cuando el personal médico necesita acceder
frecuentemente al bebé para procurarle los cuidados que necesita. Un
diminuto termómetro pegado a la piel del bebé se encarga de medir su
temperatura corporal y de regular el calor.
Nutrición y crecimiento
Los bebés prematuros tienen necesidades nutricionales especiales
porque crecen más deprisa que los bebés a término y sus sistemas
digestivos son inmaduros. Los neonatólogos (pediatras especializados en
el cuidado de recién nacidos a término enfermos y de bebés prematuros)
miden el peso de los bebés en gramos, no en libras y onzas. Los bebés a
término suelen pesar más de 2.500 gramos (aproximadamente cinco libras y
ocho onzas), mientras que los bebés prematuros pesan entre 500 y 2.500
gramos.
Entonces, ¿de qué se alimentan los bebés prematuros? La leche materna
es una excelente fuente nutricional, pero los bebés prematuros son
demasiado inmaduros para alimentarse directamente del pecho de la madre o
del biberón hasta que tienen una edad gestacional de entre 32 y 34
semanas. La mayoría de bebés prematuros tienen que alimentarse muy
lentamente debido al riesgo de desarrollar una infección intestinal
exclusivamente propia de los bebés prematuros denominada enterocolitis
necrosante. La madre se puede extraer leche para que se la administren
después al bebé mediante una sonda, es decir, un tubito que se introduce
por la boca o la nariz del bebé y le llega hasta el estómago.
La leche materna tiene ventajas sobre la leche artificial porque
contiene proteínas que ayudan a luchar contra las infecciones y favorece
el crecimiento. A veces la leche materna (o la leche artificial si la
madre no desea o no puede dar el pecho al bebé) se enriquece con
suplementos especiales, porque los bebés prematuros tienen mayores
necesidades de vitaminas y minerales que los bebés a término.
Prácticamente todos los bebés prematuros reciben suplementos de
calcio y fósforo, sea añadiéndoselos a la leche materna o a través de
leches infantiles especiales para prematuros. La concentración de
sustancias químicas y minerales en la sangre de estos bebés, como la
glucosa (azúcar), la sal, el potasio, el calcio, el fosfato y el
magnesio, se controla regularmente, adecuando la dieta del bebé para
mantener estas sustancias dentro de los márgenes de la normalidad.
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