domingo, 24 de noviembre de 2013

AMNIOCENTESIS

La amniocentesis es un estudio que se hace durante el embarazo con el que se buscan anomalías congénitas y problemas genéticos en el bebé que se está gestando y además permite recoger información sobre su desarrollo.
Esta prueba se realiza mediante la toma de una muestra de líquido amniótico, que es el líquido que rodea al bebé en el útero, y se realiza entre las semanas 16 y 22 del embarazo.

¿CÓMO SE REALIZA EL EXAMEN?
Previamente, o ese mismo día antes de realizar la amniocentesis, se hace un ultrasonido para medir al bebé y observar su anatomía básica.
Para la realización de la prueba debes estar acostada en una camilla y limpiarán tu abdomen con alcohol o una solución de yodo.

Un médico o técnico hará un ultrasonido para localizar una parte de líquido amniótico que se encuentre a una distancia segura tanto de tu bebé como de la placenta.
A continuación, con la guía constante de las imágenes del ultrasonido, el médico insertará una aguja larga, delgada y hueca a través de tu vientre, hasta llegar al interior del saco de líquido donde se encuentra el bebé. Tomará una pequeña muestra de líquido amniótico, retirará la aguja y por último se recogerá la muestra de líquido para enviarla a analizar.
Es posible que sientas algo de dolor, una punzada o presión durante el procedimiento, o quizás, no sientas nada de molestia.



¿POR QUÉ SE HACE?
La razón más común para realizar una amniocentesis es determinar si el bebé posee un mayor riesgo de tener problemas genéticos o cromosómicos, como el Síndrome de Down o algún tipo de transtorno metabólico que se transmiten de padres a hijos.

Otros de los motivos por los que se puede realizar una amniocentesis son:

  • Para determinar si los pulmones de tu bebé están lo suficientemente maduros. 
  • Para detectar espina bífida u otros defectos del tubo neuronal. 
  • Para determinar si tienes riesgo de sufrir un parto prematuro o si es necesario adelantar el parto. 
  • Para diagnosticar o descartar una infección intrauterina.

¿A QUIÉN?
Se les ofrece a las mujeres que tienen un mayor riesgo de tener un hijo con anomalías congénitas, es decir, mujeres que:

  • Tengan 35 años o más cuando den a luz. 
  • Obtuvieran un resultado positivo en alguna de las pruebas de detección de anomalías congénitas. 
  • Hayan tenido bebés con anomalías congénitas en embarazos anteriores. 
  • Tengan antecedentes familiares de trastornos genéticos.


¿QUÉ RIESGOS TIENE?
Si este examen es realizado por un ginecólogo con amplia experiencia los riesgos son mínimos, pero aún así existe algunos como:
  • Aborto espontáneo 
  • Infección o lesión del bebé 
  • Escape de líquido amniótico 
  • Sangrado vaginal

FUENTES:

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