¿Qué son las contracciones uterinas?
Durante el embarazo, el feto crece en el interior del útero. Éste órgano es un múculo en forma de bolsa con una abertura estrecha hacia la vagina y que , como todo músculo, es capaz de acortar sus fibras al contraerse. El útero está formado por células musculares lisas, es decir, células musculares que se contraen de forma involuntaria, sin que la mujer pueda controlar cuándo se contraen o se relajan. Estas células tienen receptores específicos para hormonas, que aumentan o disminuyen durante el embarazo, influyendo así en la contracción uterina. Estas hormonas son:
- Estrógenos: que favorecen las contracciones uterinas. Aumentan la concentarción de proteínas esenciales para la contracción muscular y también aumenta el número de receptores para otras hormonas que estimulan la contracción uterina.
- Progesterona: Impide las contracciones uterinas. Disminuye la efectividad del impulso eléctrico que desencadena la contracción uterina.
- Oxitocina: favorece la entrada de calcio a las céluas musculares.
- Prostaglandinas: tiene un efecto parecido a la oxitocina, sólo que se forman en el propio útero.
Durante la gestación, los niveles de estas hormonas aumentan o disminuyen en el organismo de la mujer. De forma general, podemos decir que los niveles de progesterona disminuyen paulatinamente, facilitando así las contracciones uterinas, y además al mismo tiempo los niveles de estrógenos aumentan, haciendo que el útero se encuentre todavía más predispuesto a generar contracciones. Sin estos dos cambios no sería posible que comenzaran las contracciones uterinas eficaces para el parto. Lo que verdaderamente desencadena este tipo de contracciones es la presencia de prostaglandinas y oxitocina.
Después de explicar lo que son las contracciones y a que se deben es importante saber que función tienen estas en el parto. Así las funciones que presentan son:
- Acortamiento del cuello del útero: el cuello del útero tiene una forma ciilíndrica de varios centímetros de longitud. En cada contracción, la abertura interior del cuello del útero se ensancha, haciendo así que pierda consistencia y el cuello sea más corto.
- Dilatación del cuello uterino: Al mismo tiempo que se acorta, el cuello del útero se va ensanchando en su abertura exterior, para que después pueda salir el feto a través de él.
- Empuje del feto hacia el exterior: en cada contracción aumenta la presión dentro del útero, lo que provoca que el feto se vea empujado hacia la vagina.
Es importante mencionar que no solo hay contracciones durante el parto, sino que es habitual que el útero se contraiga y se relaje incluso aunque la mujer no esté embarazada. Durante todo el embarazo existen contracciones de poca intensidad y poco frecuentes. A estas contracciones se les denomina contracciones de Braxton-Hicks, ocurren de forma espontánea y no tienen relación con las contracciones qeu se suceden durante el parto. Sin embargo cuando la fecha del parto se acerca las contracciones de Braxton- Hicks serán más frecuentes e intensas, pero sólo se debe acudir al médico cuando se tengan características propias del momento del parto.
Justo después del parto el útero se contrae con mucha intensidad. Esto es importante para que las fibras musculares puedan cortar el flujo de sangre que atravesaba el útero para nutrir la placenta y así poder evitar una hemorragia.
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